Si toda esta incertidumbre generalizada que está ocasionando la pandemia de COVID-19 está generando en ti el impulso incontrolable por realizar compras de pánico, te sugiero que vayas colocando en el “top five” de tu lista un buen sistema de paneles solares, y son varias las razones para hacerlo.
El mundo entero está convulsionado, intentando detener esta enfermedad que hoy se ha extendido a casi todos los rincones del planeta. Un virus que además no discrimina, sino que ataca por igual a ricos que a pobres, a poderosos y oprimidos, a la realeza y a los súbditos, no distingue género, raza, ideología política, ni religión.
En tanto se encuentra una vacuna para alcanzar la inmunidad, o una medicina que sea eficaz para curarse, la apuesta más sensata, y en la que coinciden la inmensa mayoría de los expertos, es acogerse a ese sencillo, pero incómodo tratamiento que han llamado “distanciamiento social”, que no pretende evitar por completo el contagio, cosa que parece imposible, sino únicamente ralentizarlo y así “aplanar la curva” para reducir la probabilidad de que el sistema y la infraestructura de atención a la salud de cada país colapse, y permita atender los casos más graves reduciendo los índices de fatalidad.
Aplicar con rigor el distanciamiento social obligará a todos a permanecer mas tiempo en casa, lo cual incrementará el consumo de electricidad en el hogar, con el consiguiente impacto en la economía familiar. Así que un sistema para generar electricidad a partir de la luz solar es una inversión que tiene mucho sentido.
Adicionalmente, y lo que más nos preocupa, es lo que sucederá después de que haya pasado la emergencia de atender los riesgos para la salud. Todo indica que entraremos a un período que será muy complicado en lo económico, algunos sectores sufrirán más que otros, pero sin duda estamos ante el umbral de una crisis que será generalizada, severa y de lenta recuperación. En este contexto, cualquier esfuerzo de reducción de gastos será determinante tanto para la economía familiar como para las finanzas de una empresa y garantizar su permanencia en el mercado, así que nuevamente, todo lo que implique reducir gastos será bienvenido, y nada más efectivo para lograr ese objetivo que un sistema fotovoltaico que tiene el potencial de reducir a casi cero un alto gasto para las empresas, que es el consumo de electricidad.
Algunos países ya están implementando medidas de apoyo a las empresas como incentivos fiscales, ampliación del plazo para presentar declaraciones y financiamiento en condiciones competitivas. El Gobierno mexicano aún no responde a esta demanda del sector privado, pero esperamos lo haga. En ese caso, el financiamiento debe destinarse a inversiones que sean muy productivas, y un sistema fotovoltaico, por su gran potencial de reducción de gastos, sin duda lo es. De modo que puedes ir borrando de la lista el papel de baño, es seguro que un sistema fotovoltaico te será más útil y productivo.
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